Los inspectores de estiércol trabajan valientemente en el campo, sumergiéndose en montañas de excremento animal para analizar su nivel de pureza. A lo largo de la historia, muchas culturas de la antigüedad emplearon la orina humana con fines terapéuticos o cosméticos. Casi mil datos, algunos incluso peores, dan fe de que este mundo tiene espacio para satisfacer todos los gustos, incluso los más espantosos. Es importante advertir que este libro debe ser leído lejos de las comidas y por almas sensibles, ya que se necesitará un estómago resistente para asimilar tantas cosas inmundas. ¿Quién dijo que sobre gustos no hay nada escrito? Un error, pues en tus manos tienes este auténtico manual de asquerosología para sorprenderte, divertirte y, por qué no, aprender algunos malos modales.